domingo, 6 de enero de 2008

Sucedió

...que un día, sin pensarlo ni notarlo, ya era el momento. No en vano las señales se peleaban por llamarme la atención, pero el ego me desviaba la mirada cuando era más inoportuno, así de irónico como es. Y no hubo más que anular el pensamiento por un momento para que se revelara, asombroso y casi irreal, pero por poco tiempo, porque luego sería más real que cualquier otra cosa.

Conclusión: no hay que pensar

1 comentario:

Unknown dijo...

vieras q me pasaron un reto, fijese en mi blog!